Inmaculada Concepción

Queridos amigos, dando gracias a Dios y a la Vida, reseñamos algunas de las cosas vividas y escuchadas durante el puente de la “Concepción Inmaculada. En algún momento se habló de la “Constitución Inmaculada de cada uno, hasta sabernos en el Espíritu y la Verdad de la Palabra y de todo aquello que ha puesto en nuestra manos. En el transcurso de estos días se dieron cuestionamientos que para los que asistieron resultó como “muy importante”. Así fue:

  • ¿¡Es posible una nueva forma de concebir la VIDA!?
  • Tener, TENER, TENER…
  • SOLTAR, SOLTAR, Soltar…
  • Nos encanta teorizar. Las cosas de verdad no necesitan palabras. Jn 1, 14.
  • Cuando no haga falta decirlo, entonces se dará lo que decimos. Fil 2, 1-11.
  • Necesitamos cortar con todo lo que al final se convierte en pura teoría. Is 55, 1-8.
  • Constatamos que tenemos  una empachera brutal que nos deja bloqueados. Jn 2, 14c-17.
  • María, después del sí, se pone en camino apresuradamente. Lc 1, 39.
  • Lo que en nuestra vida no se traduce en acción conjunta deja pendiente aquello que desde todos y para todos hemos recibido Ef 4, 2-6.
  • O somos canal o nos quedamos en aguas estancadas, Jer 2, 13.
  • Nos podemos pasar la vida discerniendo y escudriñando la Palabra. Podemos tener un entrenamiento en expresar verdades espirituales que, de no repercutir en una respuesta conjunta, no sirve para nada, seremos mera poesía desencarnada. Jn 1, 14.
  • Distraernos es estancarnos, necesitamos aguijonearnos mutuamente porque lo que tenemos entre nosotros es muy grande. 2Co 12, 7-10.
  • Mirémoslo con conciencia y con esperanza, pero con toda responsabilidad. Mt 25, 14-30.
  • ¿Dónde están los años de Gracia, derramados con tan infinita riqueza? Si todo lo que entra, sale… y si nuestra vida conjunta no manifiesta esa Gracia… estamos empachados. Hemos aprendido a convivir con la mediocridad y con la tibieza. Hemos acallado la inquietud del “amor primero” (Ap 2, 2-7), que nos embargaba, para continuar con los privilegios conseguidos. Éstos nos atan, nos acomodan y nos hacen vivir muertos en vida… Y lo más grave es que llegamos a convencernos a nosotros mismos que hacemos todo lo que podemos y que más no se puede.
  • Descubrir la necesidad de vaciarnos para volver a ser lo que fuimos Mc 1, 15. En lo profundo, seamos lo que somos.
  • Estamos llamados a volver al origen caminando por el lado oscuro, estrecho, que nos duele, que no conocemos, que nos da miedo, que nos cuestiona constantemente Mt 7, 13-14, para así llegar a COMPARTIR JUNTOS, a poder acariciarnos y ayudarnos = ser canal = cauce del Espíritu, y que sea lo que ÉL quiere:
  • Construyendo el Reino de Dios aquí en la tierra Mt 6, 24-34, juntando todos los “cachitos” de quienes nos disponemos a construirlo. Que solos no podemos, que nos necesitamos no para ser mejor uno, sino para que JUNTOS seamos UNO Jn 17, 21.
  • Hemos de recordar “a tiempo y a destiempo” 2Ti 4, 2 aquello de “Una sola alma y un solo corazón” Hch 2, 44. 4, 32.

Tras hacer esta recopilación de ideas escuchadas, que nos cuestionaron muy fuertemente, alguien, con cierta ironía, exclamó, “¡¡QUÉ BONITO!! Y eso, ¿a qué hora es?”

Y como una referencia fiel a lo que el Espíritu nos había suscitado, salió esta reflexión/recuerdo de lo vivido, que creemos no debe ser olvidada.

Qué bonito!!

“No faltó la asistencia a la Vigilia de la Inmaculada. La lluvia tampoco”. Desde que fuimos accediendo a la “Tierra”, conforme fuimos cruzando el cartel que indica el carril de entrada a Pueblo de Dios en nuestros respectivos coches, fuimos sintiendo el pellizco de ilusión del que vuelve una vez más a “esta tierra de todos”.

Y al ver y sentir que llegaba el coche de Fulanito, al darle un abrazo a Menganito y echar de menos a Perenganito… no solo entrábamos en “nuestra tierra/comunidad”, sino que dábamos y sentíamos a la vez el abrazo de todos a la vez y a cada cual de uno en uno.

Y el frío perdonó, la lluvia, no… Y vino y vivimos la oración de la mañana. Y el café del desayuno. Y el ángelus del mediodía… Y a comer. Y a reír. Y a charlar… Y podíamos oír “Ya barro yo, que ya estás fregando tú”.

Y se escuchaban los pájaros que cantan fuera, los niños que juegan dentro. Y el salmo y la Biblia. Una guitarra va de mano en mano. Una canción va de cantor en cantor. Y aquí cantores somos todos. Quien canta reza dos veces, que dijo San Agustín.

“¡A trabajar, que ya estamos todos!”. Gente de Málaga, Estepona, Sevilla, San Fernando, Huelva, el grupito de Burgos (“¡viva Casaldáliga!”), nuestros amigos de Dos Hermanas, de Torre del Mar…Unos matrimonios de Jaén. Uno de ellos celebró a bordo sus 18 años de casados. Y con cuánto cariño les dedicaron una canción los jóvenes de Olivares. Dios bendiga a este grupito sano, alegre, espiritual, cantor… Olivares, tierra fértil donde florece la semilla del sembrador del “Olivo”, que tanto recuerda y tanto mensaje nos ha traído a esta historia.

“¡He dicho a trabajar!”. Preparamos la Vigilia mediante un encuentro de oración y reflexión dos horas antes del acto litúrgico. Pequeño silencio, gran reflexión, sobre la crisis, la “Cañada Real”, la espiritualidad recibida, el huracán del Espíritu, que no deja de soplar… años tras año, horas y horas. El Espíritu no tiene horario ni nosotros mantenemos oficinas que lo retengan. Inquietudes, huracanes, argamasas… Alegría y esperanzas, dudas y miedos, certeza y decisión, el yin y el yang… Y a empujar y ayudarnos a ser cauces, a ser esa “Profecía Misericordiosa en el conjunto” que tanto se nos ha instado y motivado a comprender como “Escoba de la Iglesia”. Y para ello, a sostenernos o a sembrarnos.

Y la misa, y los comentarios, y el Padrenuestro tomados de la mano, que cada vez más se nos recuerda que ha de estar vivo en cada corazón. Y en el momento de la Paz, el abrazo cósmico retumbó dentro del salón.

Y llegó la noche de la Vigilia. Unos adornan un improvisado altar. Otros, por grupos, preparan el contenido del acto: una dinámica de grupo, una lluvia de ideas, un poema de San Juan de la Cruz…Todo con sencillez, que no con simpleza. Como dijo Machado, sólo un necio confunde valor y precio.

Y comienza la Vigilia. Ambiente fraterno de oración por parte de unas cuantas decenas de personas. Silencio, oscuridad, canción, oración, reflexión, poesía, acción de gracias. El Espíritu sopla donde quiere (Jn 3, 8), y esta noche le apeteció soplar, así y aquí.

Ya entrada la noche, podemos ir en paz. A dormir, a charlar… Alguien se va a la cocina a tomarse un Cola Cao. Pero es tarde, mañana será otro día.

Y amaneció. Abrazos de despedida, “apunta mi correo”, “llama cuando llegues”, “nos vemos en la NAO”.

Así fue y así lo vivimos todos. Porque, al igual que la lluvia nos acompañó, cuanto hemos referido, vino y anidó en los corazones de todos los que asistimos a la Vigilia de la Inmaculada.

Gracias, Señor.

9/10 de diciembre de 2.010

4 comentarios en “Inmaculada Concepción

  1. Tere

    Unos días entrañables. Una unión de fraternidad. Una comunidad unida. Una acogida eternamente agradecida. Una reflexión profunda. Una llegada de espíritu. Una llamada a seguir caminando… Una amistad inolvidable. Un privilegio de testimonio. Gracias por todo lo compartido.
    Familia de Vélez-Málaga, Tere, Francis, Ale y Danil

  2. Cecilia

    Gracias!!… estamos de camino y a veces las distancias nos duelen… no podemos compartir con ustedes ¡tanta vida!… pero recogemos lo que nos cae… intentamos estar… y vivir en comunión desde lejos… Muchos cariños y besos para todos

  3. En tus huellas

    Seguiremos «trabajando» para que las semillan que estan dando brotes no mueran en el camino
    Mil gracias como siempre
    Coro «En tus huellas» (Olivares)

  4. Mª MAr

    Qué bien!!! Cuántos buenos sentimientos!!.
    Me alegro que haya sido así.
    Doy gracias al Señor por esta tierra fértil.

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