Escuelita VII

En un primer momento intentamos resumir y recoger lo que se venía tratando para incorporar a este diálogo a aquellas personas que están por primera vez en este espacio (Eduardo de Cáceres, Lola de Madrid y Carmen Murillo).

  • Recordamos la misión que pretendemos vivir. Tratamos de rescatar la historia y el espíritu que se nos ha dado, primero personalmente y sin ingerencias externas. Con ello pretendemos buscar en nuestro adentro y echar raíces en aquello que hayamos descubierto.
  • Cada día tengo que medirme la tensión emocional, ¿en qué creo, qué hay de verdad o de ficticio en lo que hacemos, qué hay realmente en lo más hondo de mí?
  • Pueblo trata de ser un espacio liberador, y así este espacio “Escuelita”. Desde ahí queremos que espontáneamente surja un diálogo en el que la única estructura sea la de descubrir la razón de nuestra vida por la que nos sentirnos llamados y amados. Esto conlleva una autodisciplina, un querer soportar en la espera y perdonar las caídas que no siempre sabemos. La Regla Única es un apretón de tuerca para vivir la vida del Evangelio, que no es una ilusión de niños. En lo cotidiano parece imposible, y según como intentamos lo que queremos hacer, nos parece imposible, pero Él lo va a hacer posible en nosotros si creemos y queremos. A Jesús le respondió el fariseo, “Llevas razón cuando dices que el mandamiento más importante es amar a Dios sobre todas sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo” . Y Jesús le dijo, “No estás lejos del Reino de Dios”. Para nosotros, la Regla Única es un modo de expresar este “primer mandamiento”, por tanto, nos acercaremos al Reinado de Dios en nosotros en la medida que lo hacemos verdad.

A partir de este momento una intervención hace que nos adentremos más en el sentido de la Regla Única:

  • La Regla Única es muy bonita pero es irreal. Solo expongo en comunidad lo que sé que se acoge. En cambio hay materias en lo que hay opiniones muy contradictorias, pero no se habla de ellas… La Transparencia es lo que más nos cuesta.
  • El reto de la humanidad está en la comunicación. Se han destruido los grandes paradigmas de la comunicación y esto acaba incomunicándonos. Hoy existe términos en los que distintos motivos, no se tratan en su esencia. Por ejemplo, el vocablo “padre”. Hemos de recuperar el significado, y no cambiar los “significantes”.
  • No podemos tratar estas cosas en términos de efectividad. Queremos escucharlo todo y aunar criterios. Esto nos obliga a estar abiertos a la retroalimentación. Esta es una tarea muy lenta.
  • La Regla Única es la solución a la “descomunión” y a la “descomunicación”. Hemos de recuperar realmente la esencia de la comunicación. Lo distinto está llamado a la complementariedad, no a la dispersión. La Palabra no tiene contradicción. De haberla es porque no estamos en el mismo espíritu de lo que la Palabra nos propone y tratamos de vivir juntos. Hablamos, más que de una experiencia real, de una cuestión de fe: “creer que lo que se nos plantea en la R.U. es posible”, aunque estadísticamente no lo hayamos vivido. No podemos partir de una experiencia superficial de la R.U. que nos lleva a distanciarnos, cuando la vivencia la vivencia íntima, como dice el escrito en su letra, nos va a llevar al “todos juntos” como experiencia vital.
  • A nivel práctico, distintas personas se contradicen desde la Palabra. ¿Quién, en verdad tiene el Espíritu? En lo abstracto todo es bonito.
  • Existe la corrección fraterna.
  • Es muy difícil pero con hambre e ilusión todo puede y debe ser. Hay que hacerlo desde una intención alegre, que en ocasiones se vuelve triste…
  • Estamos ahondando en el descubrimiento íntimo. Cuando lo consigamos veremos si lo queremos hacer con otros. Ahora, lo verdaderamente importante es saber quiénes realmente somos, y decidir.
  • Este es un camino de Esperanza.
  • No vivirlo genera frustración, y esto es una realidad que todos sufrimos.
  • Cuando decimos “eso no es”, es porque nos creemos estar en la verdad.
  • Hemos de alcanzar la complementariedad. Yo, con el otro. El reto está en mí.
  • El valor de esto es que pertenecemos a una historia de búsqueda., donde todo se analiza, y trato de descubrir en mí lo que verdaderamente soy. Tratamos de encontrar juntos el espíritu que buscamos. Esto nos lleva a liberar y nunca a imponer. En cuanto a lo hablado sobre la frustración hemos de descubrir la verdad que buscamos-
  • Debemos recordar siempre que en nombre de la cruz se han cometido injusticias, hemos hecho muchas cosas contrarias al Amor. No siempre tiene Vida lo que hablamos sobre el Amor. La Palabra no busca eso.
  • Los apóstoles sufrieron porque no entendieron.
  • El Espíritu siempre es fértil, siempre es dador de Vida. Si no encontramos ganas, fuertes deseos en lo que hacemos por el Reino, nos estamos mintiendo. Eso es la doble vida que tantas veces hemos comentado. No pongamos el acento en la efectividad sino en tratar de responder según puedo y la verdad que buscamos.
  • La Regla Única me parece genial y maravillosa. Aunque “irreal”, me parece auténtica.
  • Hace muchos años se decía, “Por la vida voy vagando, buscando solo Amor”…
  • En general, hoy nadie se pregunta. El que aquí nos estemos cuestionando me parece espectacular. Hoy todo se sustantiva, y el verbo pierde vigencia. Por ejemplo, decimos “Esperanza”, pero nos olvidamos que la esperanza requiere de la conjunción del verbo “Esperar”: espero, esperamos…
  • Subrayo algo que hemos dicho, “A lo mejor lo he tenido delante de mí y no lo he visto”. ¿Estamos ciegos, tenemos la necesidad de ver? ¿Quiero avivar mis brasas? ¿Cómo unir la memoria de lo visto con el hambre de vivirlo? El deseo hemos de convertirlo en movimiento.
  • En cuanto a la frustración a la que nos lleva la Regla Única, recordemos que ésta nos dice: «Es situación análoga a Jesús en la Cruz”. ¿Jesús en la Cruz encarna la frustraqción o, por el contrario, es el Hombre Verdaderamente Libre?

1 comentario en “Escuelita VII

  1. Héctor

    Quiero repetir, porque lo digo desde el corazón, que de verdad no me he enterado de lo que es la Regla Única. Me refiero, lógicamente, al espíritu. La letra me la sé casi de memoria. Y ni siquiera eso.
    Hay en las intervenciones de hoy algunas que merecen la pena ser comentadas. Por ejemplo esa tan escueta de “existe la corrección fraterna”. La verdad, ¿cómo se conjuga eso con el espíritu de la Regla Única?
    Pero hay otra que dice: “El valor de esto es que pertenecemos a una historia de búsqueda., donde todo se analiza, y trato de descubrir en mí lo que verdaderamente soy. Tratamos de encontrar juntos el espíritu que buscamos. Esto nos lleva a liberar y nunca a imponer”. Creo que efectivamente eso es y debe ser así. Pero hay que dejar bien sentado que siendo un camino de búsqueda del Espíritu, que es lo que de verdad nos interesa, hay que pasar por encima de todo lo que sé y creo, estar abiertos a las luces e intervenciones de mi hermano para, juntos, ir construyendo en positivo. Hasta lo que pudiera tomarse como negativo, debe ser siempre positivo.
    Pero no sabemos caminar, en la práctica, por esa delgada línea que separa lo que es la búsqueda, el diálogo, de lo que es la imposición y el querer, aun indirectamente, influir en el prójimo para hacerle ver que la verdad está en lo que yo sé y digo.
    Y es que hasta que no muramos a nosotros mismos, ni búsqueda ni, por supuesto, Regla Única, serán posibles.

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