En la décima escuelita se han compartido cosillas como las siguientes:
- Para ser hombres y mujeres nuevos, necesitamos conocernos. En ese sentido, la escuelita me ayuda a realizar un trabajo de fundamentación personal.
- La inseguridad nos atormenta y paraliza y, aunque es muy bueno cuestionarnos, también veo importante el ir dando respuestas. Estoy en busca de seguridades, no para imponérselas a nadie, sino para sostener mi vida. La búsqueda y la oración nos hace conocernos, salir de nosotros y confiar en lo que vamos descubriendo, del trabajo individual y de lo que aprendemos de los demás.
- Muchas veces pienso que igual no le estoy dedicando todo el tiempo necesario al trabajo personal de la escuelita.
- Ya llevamos nueve escuelitas. En las últimas hemos intentado hacer una síntesis de lo más importante que a cada uno de nosotros se nos ha dicho en este trabajo. Después de hacer una síntesis personal desde el convencimiento interior, puede ser un buen momento para que hagamos una síntesis común. Siento importante que seamos capaces de expresar lo que sacamos en claro, personal y comunitariamente. Si lo que hay en claro es fruto del compartir espontaneo y gratuito, ¿por qué no explicitarlo en común? Sí creo que puede ser el momento de sacar conclusiones conjuntas. Conclusiones, no soluciones ni leyes. Conclusiones que puedan servir de base para seguir avanzando y preguntarme cómo me lo estoy trabajando.
- Veo importante no buscar primero la eficacia comunitaria, donde pongo seguridad. Si así lo hago, puede estar suponiendo un refugio que me impide alcanzar la eficacia personal. He de buscar primero la eficacia personal (entendida como crecimiento personal). La comunitaria se dará por añadidura.
- La eficacia, en cristiano, es que lo bueno que hay en nuestro interior, salga hacia fuera. De esta manera, no podemos evaluar la eficacia matemáticamente. De lo contrario corremos el peligro de esperar resultados y frustrarnos. Con otras palabras, la eficacia es dar respuesta a lo que sentimos, a la llamada/vocación. También podemos expresarlo diciendo que buscamos una eficacia cualitativa (de sentido) y no tanto cuantitativa (de acciones y obras)
- Una vez ahondada, mínimamente, la azada en mi surco de vida, sin dejar de continuar este trabajo personal, veo importante dar el paso de avanzar contrastando lo que vaya descubriendo con la vida del día a día. Vida en la que, con autodisciplina, he de poner más carne en el asador. Todo aquello que sé que me mueve el corazón, concretarlo en acciones de vida y ser fiel a ellas.
- Hay caminos nuevos para hacer las cosas: el Evangelio de hoy habla del que eligió María estando junto a Jesús a diferencia de Marta que andaba inquieta y agobiada con tantas cosas. Si trabajamos desde donde tenemos que trabajar, el agobio no tiene lugar.
- En esta escuelita, me está costando profundizar sin ponerme delante de nada (la Palabra, la comunidad…) No le estoy sacando mucho jugo sólo desde mí por ello busco algún medio para poder interiorizar más. De ahí que me haga estas preguntas:
Tras compartir estas preguntas, se comenta que podría ser bueno que nos las respondiéramos para la próxima sesión. Y recogiendo algo que se había tratado antes, y para que resulte un decálogo, se añade una décima pregunta:
- ¿Estoy contento con el trabajo que estoy realizando?
- ¿Me siento libre? ¿hago lo que hago porque quiero? ¿qué estoy haciendo?
- ¿Qué vivo? ¿qué siento?
- ¿Cómo me relaciono con los que me rodean?
- ¿Soy individualista o busco el bien de los demás?
- ¿Soy gratuito o me quedo en mi propio yo?
- ¿Qué es para mí lo más importante?
- ¿Veo importante lo que hacen los demás?
- ¿Por qué vengo a la escuelita? ¿qué haría si no hubiera escuelita?
- ¿Sacamos algo en claro de lo tratado hasta ahora en la escuelita?
- Estas preguntas son muy importantes y podrían colocarse en grande y en lugar visible para que quien quiera, de los que vienen a su tierra, se las puedan preguntar.
- Lo formal, el punto de partida de la escuelita, ya está claro. Ahora igual hay que poner medios para hacer vida ciertas cosas. Ejemplo: ¿qué medios se nos ocurren para hacer vida la libertad en cada uno de nosotros o, como aquí decimos, la Regla única?
- El cuestionario que hemos visto, puede suponer un medio. Otro medio posible es que cuando alguien tenga algo “contundente” que aportar, que lo aporte. Ejemplos: un tema en el que haya profundizado y estime de interés para todos, algo que conoce por formación propia… También son cosas que se pueden pedir si se considera oportuno. Si la escuelita no tiene guía ni maestro, hagámoslo realidad.
- Quizás también se debería compartir en este espacio más la vida de cada uno (las preocupaciones, los sentimientos…)
- Para compartir determinadas cosas, igual debemos prever espacios de tiempo especiales. Puede que esté habiendo cosas que no compartimos con todo el detalle que podríamos porque no queremos extendernos para dejar que todos tengan tiempo de participar. También es cierto que la escuelita no es el único espacio donde podemos compartir; están las oraciones, las comidas, los encuentros en los pasillos y en el campo…