No sabemos si en serio o en broma, hace algunos días se hablaba de haber encargado un tablón que pusiese: Pueblo de Dios, Geriátrico, venid y ayudadnos”.
No nos equivocamos si decimos que alguna ayuda la necesitamos todos, en todos los lugares de la tierra, desde el recién nacido hasta el anciano moribundo. El hecho de que en Pueblo nos visiten a los que aquí vivimos lo agradecemos de todo corazón, sea cual fuere el motivo de la visita. Junto a esto queremos recordar que la tierra, como signo de la mayor humildad que está dispuesta a todo, su verdadero deseo, la necesidad más esencial y la mayor urgencia que nos hace ésta, “Tu tierra”, es la de poner a disposición de todos y dar a conocer su historia y los fundamentos por la que nace. De ello, amén de lo que cada persona imagina, permanece pendiente. Espera ver un signo de unidad. A partir de ahí, todas las necesidades que tengamos todos tendrán respuestas en función de su misión, aún sin pretenderlo. Cuando esto suceda, no hará falta hablar ni preguntar, porque nos habremos encontrado con el espíritu para el que Dios la ha hecho nacer, sin haberlo programado. Y entonces comprenderemos que la riqueza mayor de Pueblo de Dios la tendremos en el reconocimiento y trascendencia de lo sucedido en muchos años. Más de una persona lo considera como el mayor regalo recibido por la Iglesia en los últimos tiempos. Y en todos, dará frutos profundos y universales de Evangelio y de Reino de Dios, en esta tierra y en la de procedencia de quienes la visiten.
La historia de Pueblo de Dios, gracias a los muchos que la han escrito, nos está urgiendo a todos más que nunca a contar con la presencia de personas que tengan como tarea la encarnación de la vida y de la Palabra de Jesús, tanto más cuanto más sintamos que nos hemos alejado. Todo lo demás se nos dará por añadidura.
Dios se derrama y se sigue derramando en Pueblo de Dios, y solo se me ocurre una palabra. GRACIAS, por tantas cosas…saber que es posible el don de la Gratuidad, el darse sin mirar a quien, tanto es lo vivido allí…. os sentimos, aún en la distancia de nuestra familia. Yo creo que es mas bien al contrario, si sois como niños abiertos a lo siempre nuevo… Os queremos mucho. Un beso
Ya saben lo cercanos que nos sentimos y lo parte de la historia de Pueblo… y si pudiéramos estaríamos allí.. cuánta hambre!. Sé que llevamos en nosotros frutos de Evangelio y que el Reino lo vamos construyendo donde nos toca, como nos toca… pero sigo sintiendo que hay una tarea pendiente… este tremendo regalo para la Iglesia es para ser compartido con todos de manera universal… y eso depende de todos… cuenten con nosotros
Familia Calderón Quinteros